Miguel Ángel López González (Madrid, 1954) es el presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). López es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid con las especialidades de Ecología y Bioquímica. Este miércoles estuvo en Sant Llorenç. En la visita señala que «era una asignatura pendiente ya que el año pasado no pude venir».
En la zona del Mediterráneo cada año, principalmente en septiembre y octubre, hay víctimas a consecuencia de las lluvias. ¿Son o serán más frecuentes estos episodios?
— El cambio climático ya esta aquí. Hasta ahora, tal vez, había una visión un poco infantil, aquello de ya no me voy a poder poner los abrigos... Cosas así. Esta era la parte benigna del cambio. La parte mala es la adversidad meteorológica. Y en cada país se va a manifestar de forma distinta con impactos singulares según la geografía. Nosotros tenemos un mar Mediterráneo maravilloso pero que se está sobrecalentando muchísimo y con periodos que van de marzo a noviembre. Son muchos meses de sobrecalentamiento que generan vapor de agua que sube a la atmósfera y ello es una bomba de relojería. Por tanto, estos episodios van a ser más frecuentes, más intensos y más extensos en geografía y tiempo. Nos debemos preparar todos los países del Mediterráneo. Esto se volverá a repetir y hay que estar preparados. España ha empezado a hacer los deberes.
¿Se activaron tarde los avisos el 9 de octubre de 2018? ¿Y si se hubieran activado desde Palma, se habría hecho antes?
— Es un tema complejo. Es un tema que tenemos que mejorar. El 9 de octubre por la mañana había aviso amarillo. A las 19 horas, naranja. ¿Se puso tarde? Yo no diría que se puso tarde; diría que se puso de forma poco eficaz. Para que un aviso sea efectivo, el modelo de predicción debe permitir hacerlo anticipadamente (24 horas). Aquella tarde, el modelo no era predictivo, era de vigilancia meteorológica y ya iba todo mal. Sólo ya servía para reconocer públicamente que nos hemos equivocado y con ello avisar al centro europeo de predicción de un error que se debe investigar para que no se repita.
¿Cuáles son las funciones actuales del centro de Aemet en Mallorca? ¿Sólo existe previsión del mar?
— Sí. Y hay que decir que si se hacen políticas públicas de empleo restrictivas y se suprimen puestos de trabajo a los tres o cuatro años esas infraestructuras te empiezan a mermar. Aquellas políticas redujeron un tercio los empleados de Aemet. Ahora lo que queremos es potenciar otra vez la estructura territorial, volver a la proximidad dotar de profesionales que conocen el terreno y ven lo que no se ve desde otros sitios.
Somos unas islas y tenemos unas peculiaridades. ¿Cuál es el modelo de previsión que mejor funciona en Baleares?
— Balears, como Canarias, van a tener unos impactos por el cambio climático más graves que en otros puntos. Aquí se une insularidad y la olla de presión que es el Mediterráneo. Tenemos uno de los mejores modelos de Europa y lo combinamos con otros modelos; somos un país en primera línea de investigación predictiva.
Los avisos sólo se activan con los valores registrados en las estaciones oficiales. ¿Se podría tener en cuenta las estaciones de aficionados?
— Lo ideal sería una red de cámaras por todo el territorio o estaciones automáticas. Estamos trabajando con ellos pero son aficionados y no puedes exigirles.