Las monjas agustinas llegaron a Campanet el 20 de abril de 1874 y este domingo, después de 145 años, recibieron un cálido homenaje por todo este tiempo de presencia y servicio en el municipio.
Las hermanas sor Gemma Orvay, sor Ignacia Planas y sor Natividad Isern asistieron a la misa solemne por la festividad local de Sant Miquel para recibir el cariño de varias generaciones que han vivido de cerca la influencia de las agustinas.
La alcaldesa de Campanet, Rosa Bestard, recordó que «siempre han estado al lado de los enfermos, las personas mayores y los jóvenes que necesitaban ayuda». Además de entregar un presente a la congregación que ayer se despedía de Campanet, la misa también sirvió de homenaje al expárroco Joan Parets, que formó parte de la ceremonia religiosa, y al religioso Bartomeu Palou.
Una vez finalizada la misa, la plaza Major acogió el reconocimiento a las personas mayores del municipio, con galardones para el hombre, la mujer y el matrimonio de más edad.
La velada finalizó con un ball de bot a cargo de la Agrupació Festa Pagesa de Mancor y un refrigerio para el público además de un obsequio a todas las personas mayores de 80 años.