El museo modernista Can Prunera de Sóller acogió el viernes por la noche un sencillo y sentido homenaje al empresario solleric Vicenç Sastre, consejero del Ferrocarril de Sóller y uno de los principales impulsores de la Fundación Tren de l'Art. El acto, de carácter privado, fue una sorpresa para el empresario que no se esperaba encontrar en el museo un nutrido grupo de amigos.
En esta celebración se inauguró en el jardín del museo una nueva obra de arte, titulada Escultura de l'Amistat. Se trata de las figuras realistas de dos perros -Turc y May- que fueron propiedad de Vicenç Sastre y por los que tenía una especial estima.
Vicenç, que destapó la escultura, agradeció de corazón este reconocimiento.
Después dedicó unas palabras a los asistentes, muchos de ellos amigos desde hace muchos años y compañeros de viaje en la ‘aventura' de la creación de Can Prunera «algo que parece imposible que fuéramos a conseguir». Sastre tuvo unas palabras de recuerdo para Pere A. Serra, que fue presidente de la Fundación Tren de l'Art y recordó como nació la amistad entre el grupo impulsor de Can Prunera, entre ellos Oscar Mayol y Santiago Mayol, sin duda sus más estrechos colaboradores.