La situación de los alumnos y docentes en el colegio Voramar es insostenible, con una masificación en el patio durante los recreos y ratios de alumnos muy elevadas, hasta el punto de que existen cuatro aulas prefabricadas.
Así lo han denunciado la dirección del colegio público de Can Picafort y el equipo de maestros en una carta en la que piden a los políticos que «dejen de pasarse la pelota unos a otros y construyan ya el nuevo colegio, pues los terrenos están disponibles desde 2013 y ni siquiera se ha comenzado». El colegio hace referencia así al conflicto que enfrenta a la Conselleria de Educació y al alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, que se culpan mútuamente de los motivos por los que no se ha construido todavía este centro, a pesar de que el actual edificio acoge a más del doble del número de alumnos para el que fue diseñado en su día.
Los profesores del CEIP Voramar «llevamos 13 años oyendo hablar del nuevo colegio; en 2006 se instaló la primera aula prefabricada en el patio del colegio, como una solución provisional, y ya tenemos cuatro aulas de plástico, apenas queda espacio en el patio».
Una de las características de este colegio público es la cantidad y la diversidad entre su alumnado, al estar en una zona turística. El colegio fue construido para dos líneas, «pero en la práctica hacemos tres y cuatro líneas en cada nivel educativo, con ratios muy elevadas; comemos por los pasillos y los baños siempre están averiados, al no poder asumir este volumen». Los docentes explican que los alumnos no pueden recibir una educación de calidad porque hace falta sitio para laboratorio, biblioteca, unos baños decentes o un porche para cuando llueve. «Hemos esperado que pasara la campaña electoral, pero esta situación ya es insostenible».