El Consell de Mallorca ultima los trámites administrativos para declarar de interés general el proyecto de reconversión hotelera que el magnate británico Richard Branson quiere ejecutar en Son Bunyola (Banyalbufar), emblemática finca rústica de su propiedad.
Una vez examinado el proyecto, la Comisión Insular de Urbanismo lo ha sometido a exposición pública para que, quien lo considere conveniente, presente alegaciones al mismo. Un trámite ordinario que, sin embargo, se enmarca en la recta final para su aprobación definitiva.
En cuanto se tuvo constancia de que Branson tenía intención de reconvertir las casas de Son Bunyola en un establecimiento hotelero de gran lujo, desde el Ajuntament de Banyalbufar se mostraron completamente favorables a que el Consell de Mallorca otorgase el interés general para llevar a cabo las obras de reforma, siempre y cuando estas no supusieran una alteración sustancial de la superficie edificada o de sus características patrimoniales. «Siempre es mejor que las antiguas possessions tengan alguna actividad y sus propietarios las mantengan antes de que se vengan abajo», declara el alcalde de Banyalbufar, Mateu Ferrà (PI).
Tras desprenderse de la finca en 2002, trece años después, en 2015, Richard Branson volvió a adquirir esas mismas 270 hectáreas en plena Serra de Tramuntana por 15 millones de euros, con el objetivo de convertir las casas de Son Bunyola en el complejo hotelero más ecosostenible de Europa. Para conseguirlo, Branson no ha dudado en poner al frente del proyecto a personas de su máxima confianza.
Gente de confianza
El equipo que trabaja en el proyecto hotelero de Son Bunyola está compuesto por directivos de la máxima confianza del presidente del grupo Virgin. Entre ellos, Marie Astrup Duffy, exdirectora del hotel La Residencia y ahora asesora personal de Branson, y el CEO de Virgin Limited Edition, John Brown.