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Pep Servera: «El Berenguer d'Anoia fue una especie de revolución»

Pep Servera, autor de un blog del Berenguer d'Anoia.

| Inca |

Pep Servera (Santa Margalida, 1955) estrenó, hace ahora 50 años como alumno los pupitres del Instituto Berenguer d'Anoia de Inca, entonces Instituto Nacional de Enseñanza Media. Su blog 50anysintitutinca.blogspot.com, que retrata aquellos años de cambio, ha causado toda una revolución en redes sociales con 30.000 visitas en tres meses.

¿Cómo nace el blog del 50 aniversario del Berenguer?

—Cuando se cumplieron 25 años de la apertura del instituto, los primeros alumnos nos juntamos para vernos y hablar, también vinieron algunos profesores. Aquél día hicimos una lista de nombres con la idea de volvernos a reunir al año siguiente y la pusieron en mis manos. La tuve 20 años en un cajón y la miraba con cierto remordimiento. Todos los teléfonos eran fijos y pensé que hoy con la mayoría de líneas fijas desaparecidas, ya no había nada que hacer así que, ya prejubilado, puse un evento en Facebook hace ya dos años para ver si alguien se apuntaba. La cosa funcionó y fue a más y abrimos un grupo de Whatssapp, pero hay gente que no tiene Whatssapp ni móvil y se me ocurrió hacer el blog.

Un blog que ha acabado siendo el retrato de una época...

—La verdad es que allí hemos ido poniendo fotos de la época, vídeos y muchos exalumnos han ido haciendo aportaciones, poemas... En unos tres meses ha habido casi 30.000 visitas.

Hay que decir que entre aquellos alumnos pioneros hay muchos rostros hoy conocidos y que por el Berenguer han pasado al menos dos presidentes del Govern de las Illes Balears, Soler y Armengol.

—Sí y varios alcaldes. Andreu Matas (Sineu), Miquel Àngel March (Pollença), Pep Joan Capó (Sa Pobla)... En el blog tenemos aportaciones de mucha gente, por ejemplo glosas de Felip Munar y muchas otras cosas.

¿Cómo llegó al Berenguer?

—Yo entré el primer año en quinto curso. Antes iba a la Salle pero cuando abrieron el instituto le pedí a mi padre cambiar.

¿Por qué?

—Porque el Berenguer fue una especie de revolución. Hasta entonces la gente iba a Sant Francesc, a la Salle, a La Pureza... se iban a examinar a Palma. Yo tenía 14 o 15 años y las chicas eran más adelantadas que nosotros, la revolución iba con la edad.

¿Fue el primer instituto mixto en la zona?

—Creo que sí, cuando íbamos a la Salle nos escapábamos y saltábamos la valla de La Pureza para ver a las chicas. Ir al Berenguer era no tener que saltar la valla, aunque tengo que decir que luego, aunque parezca un poco raro, los chicos iban con los chicos y las chicas con las chicas.

Para la memoria quedó un claustro de profesores joven y con ganas de cambios.

—Sí, estaba Gelabert, Lacomba (que en aquél tiempo era muy serio)... Pasó mucha gente por el Berenguer, alumnos y profesores. Estaba también Tomeu Català que en aquella época era un cura un poco revolucionario, en aquellos tiempos no era muy normal.

¿Cómo vive los cambios en la educación?

—Ahora no tiene nada que ver, pero los cambios no solo se han dado en la educación sino en la sociedad. No me imagino ahora por ejemplo a los alumnos cargando con los muebles el primer día de clase. Cuando empezamos no teníamos ni las mesas.

El Berenguer se convirtió en un referente ¿cree que sigue siéndolo 50 años después?

—Hay que decir que entonces no era el Berenguer. Se llamaba Instituto Nacional de Enseñanza Media y más tarde Instituto Nacional de Educación Básica Mixto. Lo de mixto recuerdo que lo pusieron en las camisetas de deporte, porque hay que decir que el centro fue un número uno en deporte y dio atletas importantes: Margalida Capó, Andrés Matas... Una vez más no me quiero dejar a nadie y la lista es larga.

Bloguer a los 64 y con bastante éxito... ¿Sus compañeros de pupitre son los ‘milenials' de aquella época?

—(Ríe) Cuando el blog empezó a despegar me llamó un profesor de ahora del instituto y me dijo: ‘Con las redes sociales es muy fácil juntar a tanta gente'. Pero fácil no es. El evento de Facebook estuvo dos años parado y en cambio luego me volvía loco con tanta gente que pedía participar. En junio confiamos en reunirnos.

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