Pollença ha comprado 21,5 de cada 100 plazas de alquiler turístico vendidas en Mallorca desde agosto de 2018. Lidera el ranking de adquisiciones seguida de cerca por su vecina natural Alcúdia que ha comprado el 18,8 % de total. Consolida así un negocio, el de alquilar estancias turísticas en viviendas, que nació precisamente en el municipio hace ahora 30 años y que desde allí se extendió al resto de las Baleares.
Con la entrada en vigor de la nueva ley turística, para poder alquilar legalmente estancias turísticas en viviendas de la Isla es necesario que los propietarios compren previamente las plazas que el Govern ha puesto a la venta en una bolsa común a precios que oscilan entre los 800 y 3.500 euros la unidad.
El objetivo de la bolsa es fijar un techo de crecimiento del sector minimizando los efectos de la masificación y problemas como la falta de vivienda residencial. La nueva ley permite poner en el mercado 43.000 plazas turísticas en Mallorca, pero hasta ahora el Govern solo ha sacado a la venta 30.000. De ellas 20.000 corresponden a estancias en viviendas y 10.000 a estancias hoteleras. Pollença ya ha comprado 1.885.
Cuna del negocio
Pollença es la cuna del alquiler turístico vacacional en Baleares, un fenómeno nacido en los años 80 en la Cala Sant Vicenç de la mano de los propios hoteleros que buscaban una salida para sus problemas de overbooking y optaron por desviar a parte de su clientela a chalets. Hasta ahora solo se podían comercializar legalmente las viviendas unifamiliares conocidas en el sector como villas vacacionales, pero la nueva normativa ha abierto por primera vez la posibilidad de comercializar legalmente pisos. Así, del total de 1.885 plazas que han comprado los pollencins, 1.623 corresponden a plurifamiliares y solo 159 a unifamiliares.