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El Govern desmantelará la embotelladora de Binifaldó tras diez años de abandono

Vista general del complejo. La primera construcción, de piedra, se mantiene; las demás serán derruidas. | Antoni Pol

| Escorca |

La embotelladora de agua de Binifaldó tiene los días contados. El Govern procederá próximamente a desmantelar el conjunto de edificaciones de la planta excepto la más antigua, la de piedra. El proyecto, presupuestado en 500.000 euros, incluye también recuperar el antiguo encinar.

La embotelladora de Binifaldó se puso en marcha en la década de los 50 y funcionó hasta 2008, cuando el concesionario (la fuente está en una propiedad pública) presentó concurso de acreedores y abandonó la explotación. Desde entonces, la planta no ha hecho más que deteriorarse: parte de las edificaciones corren el riesgo de venirse abajo y el complejo supone un peligro para la seguridad de las personas, que a pesar de estar prohibido continúan accediendo al recinto.

2.500 metros cuadrados

El desmantelamiento lo llevará a cabo el Ibanat. Carles Cardona, un técnico del Centre Forestal de Menut, explicó que se demolerán alrededor de 2.500 metros cuadrados de edificaciones: la embotelladora propiamente (que sigue albergando la maquinaria), almacenes, aljibes y otros espacios pavimentados. Parte de las cubiertas tienen fibrocemento, circunstancia que encarece los trabajos de demolición. Solo la construcción más antigua (que albergaba la primera embotelladora), con una superficie de unos 200 metros cuadrados, quedará en pie. Medi Ambient todavía no ha decidido qué uso dará a esta edificación: «puede que un refugio, pero aun no está claro», señaló Cardona.

Los 504.000 euros que costará el desmantelamiento los aportará el Impuesto de Turismo Sostenible (la ‘ecotasa'). El proyecto incluye la siembra de encinas y vegetación autóctona, con el fin de recuperar el bosque que originalmente ocupaba este espacio. Asimismo, se contempla habilitar un grifo para que excursionistas y demás visitantes puedan consumir agua, si lo desean. No obstante, el agua se considerará «no potable» a efectos sanitarios, dado que nadie analizará su salubridad.

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