Hasta hace apenas unos años la tradición marcaba que por Sant Miquel, el 29 de septiembre, se mataban los primeros tords de la temporada en la Serra de Tramuntana.
Pero esto ha cambiado, porque estas aves ahora llegan más tarde. Se trata, seguramente, de una de las consecuencias del cambio climático. Sin embargo, pocas veces los tords se habían retrasado tanto como este otoño.
No fue hasta el pasado miércoles que los cazadores de la Serra observaron la llegada -en gran número- de los primeros tordos de la temporada. Ahora esperan «que se queden» para poder disfrutar de su caza, una costumbre muy arraigada sobretodo en la montaña mallorquina, y de su consumo.
Bartomeu Colom, presidente de la Asociación de Cazadores con Artes Tradicionales de Sóller, confirma que «la noche del miércoles y ayer (por este jueves) se observaron los primeros ejemplares». Colom matiza que «si se ha notado ha sido, más que por su número, por el hecho de que todavía no se había visto ninguno».
Pero la lluvia ha impedido las primeras capturas, que en otro caso ya se habrían producido ayer mismo. Colom recuerda que ahora lo importante es que «encuentren el alimente sufici- ente y se queden».
De hecho, este año hay muy poca aceituna en la zona, pero las lluvias de verano han favorecido la presencia de otros posibles manjares apreciados por los zorzales, «sobre todo la llentrisca (en fruto de la mata) o también los insectos del suelo», explica Colom.
En Sóller hay una gran afición a los filats, un arte tradicional que excepcionalmente se permite en Mallorca pero que está prohibido en otros lugares de Europa. «En Sóller tenemos unos 170 filaters asociados», explica el cazador, si bien hay muchos más.
Colom recuerda también que según la normativa los cazadores de filats pueden capturar «18 piezas al día» en los días hábiles, entre el 12 de octubre y el 10 de febrero», aunque solamente hasta el 28 de enero para la caza con escopeta».