La asamblea de trabajadores y el comité de empresa de la fábrica de cemento de Lloseta votaron este jueves a favor de parar la producción de cemento de forma ordenada, no precipitadamente sino tras agotar los stocks de materias primas disponibles. Esta reacción de los trabajadores llega después de que Cemex anunciara este lunes su intención de cesar la actividad productiva en la planta de Lloseta y dejar únicamente un centro de distribución y almacenaje.
En la asamblea celebrada este jueves los empleados debían escoger entre dos opciones: la primera consistía en parar el horno «a través de una convocatoria de huelga total» el 24 de octubre, mientras que la segunda proponía hacer «un paro ordenado de horno y de cemento hasta vaciar los stocks de harina y de clínker». Fue más votada la segunda opción, lo que significa que se consumirán progresivamente los stocks acumulados y que después se procederá al apagado del horno.
El responsable de construcción de UGT, Roberto Serrano, indicó que el horno probablemente se apagará la semana que viene, pero que esto ya «depende del encargado de producción, de la dirección». Primero se parará el molino de crudo, después el horno y finalmente el molino de cemento.
Esta parada obedece a «motivos de seguridad», señaló Serrano, «y a la voluntad de la empresa de no incumplir la normativa de emisiones de CO».
Serrano estaba este jueves en Alicante, donde responsables sindicales de UGT de todos los centros que Cemex tiene en España se reunieron para acordar la estrategia a seguir en la mesa de negociación ante la reestructuración que la multinacional mejicana anunció este martes. Serrano informó que la respuesta de los trabajadores a los expedientes de regulación será consensuada entre los trabajadores de todo el Estado de Cemex, con independencia de si se quiere cerrar o no su planta.
Por su parte, la patronal de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca expresó su «malestar» con Cemex tras anunciar su intención de despedir a sus más de cien empleados. El miembro del comité ejecutivo de PIMEM Carlos Lluch dijo que es «una noticia negativa», y concretamente el hecho de que, cada vez más, multinacionales cierran sus plantas. «Al igual que lo hizo Bimbo, Pepsico o Colca Cola, Cemex cierra su planta para maximizar sus beneficios. No corresponde a un tema de RSC, seguirán contaminando en otra parte de España. No obstante, el cierre se puede entender como positivo medioambientalmente».