La problemática a la que lleva enfrentándose el Ajuntament d'Andratx respecto a la proliferación de marinas secas dedicadas a la hibernación y mantenimiento de embarcaciones de recreo en las parcelas aledañas a la carretera que conduce al Port, no encuentra tampoco solución en el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) elaborado por el Consell de Mallorca.
El departamento de Urbanismo del Consistorio ha presentado alegaciones al plan diseñado por la institución insular, ya que sus responsables consideran que este no contempla una regulación clara sobre las actividades de mantenimiento y almacenamiento de embarcaciones que desarrollan las empresas náuticas radicadas en el municipio. El primer teniente de alcalde de Urbanismo, Jaume Porsell (PP), reclama al Consell que las actividades de mantenimiento de embarcaciones, «siempre dentro de las normas ambientales y de actividades aplicables», deberían ser posibles junto con las de almacenamiento e hibernación de las mismas. Para todo ello, el Ajuntament reclama una regulación menos restrictiva en relación al emplazamiento de estas marinas secas.
En las alegaciones presentadas al PIAT, el departamento de Urbanismo reclama también que se someta a reconsideración la obligación de situar las actividades de mantenimiento y almacenaje de yates y veleros a una distancia máxima de tres kilómetros de la zona portuaria del Port d'Andratx, «una medida demasiado restrictiva para el municipio, teniendo en cuenta la configuración de su territorio, en lo que se refiere a su orografía y calificación del suelo». Asimismo, el primer teniente de alcalde se muestra disconforme en el punto del PIAT que contempla la posibilidad de habilitar las marinas secas sólo para embarcaciones con una eslora máxima de ocho metros. Una medida que, a juicio de los responsables del departamento de Urbanismo «no soluciona gran cosa el problema, puesto que la mayoría de embarcaciones que hibernan en estas instalaciones cuentan con esloras superiores a los ocho metros de longitud.
La problemática de las marinas secas se remonta a legislaturas pasadas, pero ha sido en esta cuando el Ajuntament se ha visto obligado a decretar el cierre de cinco instalaciones de este tipo, dejando en el aire el destino de unas 300 embarcaciones.