El problema de las ocupaciones sigue muy vivo en Marratxí y no se circunscribe solo a familias en riesgo de exclusión. El último caso, el más reciente, es el de un chalet ubicado en la urbanización de Sant Marçal que está a la venta por más de 1,5 millones de euros.
La vivienda cuenta con 420 metros cuadrados construidos en una superficie de 1.690 metros cuadrados cuenta con cuatro habitaciones y cuatro baños, salón comedor, cocina independiente no amueblada, piscina y garaje. Según los anuncios que figuran en las páginas digitales que se dedican a la compraventa de inmuebles, éste necesita algunos acabados. Esto no ha sido impedimento para que hace apenas unos días fuera ocupado de forma ilegal.
De forma muy diferente a lo que ocurre en otras inmediaciones, donde los okupas son una molestia para los vecinos a causa de los ruidos y los desechos que producen, en este caso señalan que su comportamiento es de lo más discreto. En algunos casos, la intervención de los vecinos ha sido crucial para paralizar la invasión de determinadas viviendas, como en el caso de la urbanización de es Caülls, donde pudieron poner sobreaviso al a Policía Local, que se encargó de impedir las okupaciones.
El problema de los okupas no es nuevo en Marratxí, donde diversos puntos se han visto afectados, tanto en Sant Marçal como en sa Cabana o en el mismo Pont d'Inca. Tanto es así que el asunto se ha llevado a pleno en varias ocasiones y en una de las últimas se aprobó una moción conjunta con el apoyo de todos los partidos con representación en el Consistorio para que se introduzcan cambios legislativos que aceleren la solución.
En este sentido, el equipo de gobierno encabezado por el alcalde Joan Francesc Canyelles (Més) diferencia a aquellos que se ven forzados a buscar una vivienda debido a su precariedad económica de aquellos otros que especulan con estos inmuebles. Y es que existen mafias que se encargan de okupar los edificios para después realquilarlos mediante contratos ilegales.