Seis días después de que el firme de la calle Antoni Torrandell de Inca se hundiera parcialmente por el paso del torrente de Can Tabou, las obras de reparación que realizaba el Ajuntament de Inca en el tramo afectado acabaron este miércoles con un nuevo hundimiento que causó inundaciones graves en una docena de viviendas de la calle Rafel Albertí, en la barriada del Blanquer.
Los bomberos estuvieron achicando agua durante prácticamente todo el día mientras una pala excavadora y un camión trabajaban para retirar el taponamiento de la general. A falta de conocer en detalle los informes técnicos, algunas fuentes apuntaban este miércoles que el colapso pudo deberse a que, pese a las previsiones de lluvia, durante la víspera se optó por no instalar un tramo de la nueva tubería. El tercer teniente de alcalde y regidor de Serveis de Inca, Àngel Garcia, se mostró cauto a la espera de disponer de los informes definitivos, aunque avanzó que, si se confirma que los daños son achacables al Ajuntament, éste se hará cargo de las posibles indemnizaciones.
Tras la aparición del primer socavón el jueves pasado, el Ajuntament decidió volver a conectar los dos tramos de canalización afectados por el socavón y redactar un proyecto de mejora de toda la red en el tramo comprendido entre la calle Rafel Albertí y la avenida Germanies. El regidor de Obras explicó que el principal problema radica en que la barriada está construida sobre el cauce del torrente de Can Tabou, que arranca de la zona de Mandrava y discurre por el barrio del Blanquer hacia la Gran Vía de la ciudad de Inca. El torrente circula por debajo de casas y pisos e incluso del instituto S'Industrial. A pesar de todo, el regidor explicó que nunca había habido inundaciones tan importantes como las de este miércoles, que achacó a una «avería puntual».