La fiesta de Sant Antoni se despidió ayer de Mallorca hasta 2019 con la celebración de las últimas beneïdes en los pueblos donde no se habían llevado a cabo ni día 17 ni se habían adelantado al fin de semana anterior. Es el caso de Inca, Llucmajor, Sóller, Son Macià, Felanitx, Mancor de la Vall o Santa Margalida, entre otros.
En Inca, las Beneïdes comenzaron a las diez y media de la mañana con la salida de la comitiva desde la iglesia parroquial de Santa Maria la Major hasta la plaza Llibertat, donde se efectuaron materialmente. La variedad de animales que desfilaron y recibieron agua bendita fue notable –en lo tradicional destacó un rebaño de ovejas, cuanto a mascotas no faltaron animales exóticos–, con una elevada presencia de ganado equino.
En Llucmajor también se celebraron las tradicionales beneïdes con una comitiva formada por carrozas, grupos de ball de bot y caballos que recorrieron las calles hasta llegar a la Parroquia de Sant Miquel donde en el Portal Major se llevó a cabo el esperado baile entre Sant Antoni y los dos dimonis.
Las tradicionales beneïdes también se realizaron en Felanitx donde fueron muchos los vecinos que llevaron a bendecir a sus animales y participaron con carrozas con carácter payés y tradicional.