El arquitecto municipal de Santa Eugènia ha obligado al promotor de una promoción urbanística levantada en ses Olleries en 2007 a demoler por completo un adosado que había sido declarado ilegal por la Justicia.
El grueso de los trabajos de derribo se ejecutaron en febrero de este año. Parecía que habían concluido, pero se dejó el sótano sin demoler. El 21 de septiembre, el promotor solicitó el fin de obras. El arquitecto municipal visitó el terreno, pero detectó que el derribo realizado no se correspondía con el proyecto de demolición aprobado y redactó un informe señalando las deficiencias. Cuando el derribo se ajuste al proyecto, el arquitecto –el Consistorio– concederá el fin de obras, explicó ayer el alcalde, Xisco Martorell.
La sentencia que ordenaba la demolición de este adosado data de 2010. No obstante, el derribo no se inició hasta seis años más tarde, después de que el Consistorio tratara de legalizar la edificación. En octubre de 2016, el juez urgió al Ajuntament y al promotor a ejecutar la sentencia de 2010 y restaurar la legalidad.