Lo que fuera el monasterio de Inmaculada Concepción de Sineu, antigua residencia de los reyes de Mallorca, lleva unos cuantos meses sin corriente. La empresa suministradora le cortó la electricidad a comienzos del verano tras comprobar que la nueva propiedad, el Obispado, no abonaba las facturas. En Sineu crece el temor a que el inmueble se suma en el abandono.
Distintas fuentes confirman que el Palau está sin luz. El edificio está deshabitado desde que la última inquilina se trasladó a otro monasterio en Aragón. Sin embargo, es un punto de reparto de comida por parte de Cáritas. Este periódico ha tenido indirectamente conocimiento del malestar de la entidad por tener que trabajar sin luz eléctrica. Incluso se ha llegado a plantear la posibilidad de instalar una alternadora.
Justo este sábado se cumple el primer aniversario del fallecimiento de sor Trinidad (sor Paquita para los sineuers), cuya muerte aceleró el cierre del monasterio tras 433 años de presencia monástica. Los temores y especulaciones sobre el futuro y el nuevo uso que el heredero –el Obispado de Mallorca– daría al edificio se dispararon enseguida. La diócesis calmó estos miedos anunciando que buscaría a una nueva congregación u orden para que no se perdiera su uso religioso. Pero ha pasado casi un año desde la marcha de la última hermana y el Palau está cerrado y sin luz. Asimismo, no se ha vuelto a celebrar misa en el templo desde que un incendio calzinara una talla en 2016.
En esas circunstancias, y teniendo en cuenta que el Palau alberga bienes muebles de un valor patrimonial evidente (cerámica, patrimonio sacro, ropa, documentación...) que no son objeto de mantenimiento. «Hay que actuar con celeridad para preservar el espacio y hallar una solución», alertan desde Sineu.