Vecinos del Port de Andratx denuncian el deplorable estado en que se encuentra la finca pública de Ca?n Fasser, propiedad del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, pero cuya gestión, desde el pasado mes de julio, corresponde al Ajuntament de Andratx.
Según las denuncias vecinales recibidas en los terrenos de la ?possessió? cercana al humedal de Es Saluet se acumulan todo tipo de desperdicios y, sobre todo, kilos de excrementos de los caballos que pastan libres por el predio. Las quejas de los vecinos y empresarios del Port d?Andratx estriban principalmente en la mala imagen que la basura y las boñigas acumuladas ofrecen a la vista de los turistas y residentes.
Asimismo, los denunciantes muestran su indignación ante la proliferación de boñigas de caballo. Los vecinos no están en contra de que la presencia de equinos en la finca, pero solicitan que los propietarios de los mismos, ya que se benefician de una finca pública para que los animales pasten, se preocupen de retirar de tanto en cuanto las deposiciones y contribuyan al mantenimiento de este espacio natural y, así, a mejorar su aspecto de cara a los turistas y residentes mallorquines que visitan el Port.
Ca?n Fasser es desde el año 2.000 propiedad del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, pero, el pasado mes julio, el Gobierno de España transfirió su gestión al Ajuntament de Andratx por un periodo de 30 años. De esta manera, correspondería al Consistorio presidido por la alcaldesa Katia Rouarch (PI), proceder a la limpieza de la zona. De hecho, cuando pasado 13 de julio las autoridades locales y estatales anunciaron el traspaso de competencias, desde el Ajuntament apuntaron que la cesión permitirá al gobierno municipal iniciar la restauración y rehabilitación de la emblemática finca del Port de Andratx. Y es que, al margen de la basura y excrementos denunciados, parte de las construcciones de la antigua possessió se han derrumbado y otras amenazan ruina.
Las intenciones del Ajuntament de Andratx pasan por restaurar la finca con fondos recaudados con el impuesto de turismo sostenible del Govern y convertir las casas en el centro de interpretación del parque natural de sa Dragonera.