Después de años de actuar con nocturnidad fue coincidiendo con la celebración de los 25 años de la fiesta cuando sa Revolta decidió programar actividades por la mañana. Por ello la celebración de un pasacalles, un vermut y una comida multitudinaria se han añadido con éxito a las fiestas de la Beata de Vilafranca.
Tras la salida del Dimoni, Boio, la tarde del pasado viernes se dio el sus propiamente dicho a los actos de celebración de las fiestas de la Beata, que ya llevaban más de una semana invitando al pueblo a distintos encuentros lúdicos enmarcados dentro de las fiestas locales.
Ayer al mediodía, decenas de vilafranquers se sumaron al desfile de la banda de música creada para la ocasión y al vermut musical que sirvió para calentar motores para la gran comida revoltera. La música, sin duda, fue uno de los elementos principales de esta jornada festiva, en la que tampoco faltaron dos de los cabezudos de la asociación. Sa Revolta, surgida, como otras fiestas de la Isla, casi por casualidad, poco a poco se ha convertido en uno de los referentes festivos del final del mes de julio. Es por ello que al coincidir con la celebración del 25 aniversario y buscando trull más allá de la noche del domingo, se iniciaron estos actos que, pese a su corta edad, ya se han convertido en un elemento básico de la fiesta para jóvenes y mayores. Y así lo corroboraron, ayer, las decenas de participantes que tras la comida quedaron a bailar.