El equipo de gobierno de Sóller ha intentado dar el «carpetazo» o, al menos, esquivar la polémica retirada de la cruz de los caídos colocando parte del símbolo cristiano retirado el pasado día 29 de junio en una sepultura de titularidad municipal del cementerio de Son Sang. Días después de la «mutilación»-retirada del monumento franquista obra de Gabriel Alomar –criticada por muchos y defendida por muchos otros ciudadanos– los operarios municipales han procedido a recolocar la parte culminal de la cruz en un tumba sin nombre.
Por ahora hay mutismo oficial sobre si ésta será o no la última actuación relativa a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en el municipio, ya que en privado algunos concejales del Pacte recuerdan que todavía queda por retirar el resto del monumento. Sin embargo, otras fuentes lo descartan del todo y solo lo ven factible «en el marco de una remodelación integral de toda la plaza que no está prevista».
Por otra parte el concejal de Infraestructuras, Andreu Castanyer, ha querido aclarar el coste de la retirada de la cruz por lo que ha indicado que «decir que retirar la cruz ha costado miles de euros es un disparate, en concreto han sido 639 euros con ochenta y ocho céntimos». «Y se ha hecho para aplicar una ley», añadió. Castanyer ha sido el miembro del equipo de gobierno más atacado por esta actuación. «Me han insultado por la calle, pero para mi la polémica está más que cerrada» aseguraba este lunes el regidor.