Un conato de incendio ocurrido la tarde del domingo puso en riesgo la antigua fábrica de Destilerías Fuster, uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial existentes en Santa Margalida.
El alcalde, Joan Monjo, explicó que el incendio se originó en un solar próximo. Un payés quemaba un montón de restos de hierbas y el fuego se propagó a la fábrica. No consta que se registraran daños de importancia, si bien alguna imagen –la foto que ilustra esta noticia– apunta a que ciertos bienes muebles (garrafas, toneles...) pudieron quedar afectados. Debe recordase que la fábrica lleva años cerrada y que presenta un nivel de degradación muy avanzado. No obstante, está catalogada debido a su evidente interés patrimonial.
El alcalde recordó que el Ajuntament dictó recientemente una orden ejecución en la que ordenaba al titular del inmueble, la entidad Amadiba, que vallara y limpiara la parcela para impedir que se acceda a su interior. Esta orden de ejecución prevé una segunda fase en la que se ordena la rehabilitación del inmueble.
Los trabajos de limpieza y vallado están valorados en cerca de 25.000 euros, mientras que el importe estimado de la restauración completa asciende a 1,5 millones de euros.
El propietario histórico de la fábrica, el difunto ingeniero Feliciano Fuster, la dejó en herencia a Amadiba con la condición de que la reconvirtiera en un centro sociosanitario. En caso de no materializarse, Fuster impuso que el complejo debía pasar a manos de la iglesia y el Ajuntament.
Algunos vecinos de la fábrica han expresado ocasionalmente al Consistorio su malestar y preocupación por el estado de abandono e insalubridad que presenta la antigua fábrica.