¿Qué se celebró este jueves en el edificio es Generador de Son Caliu? ¿Un debate del estado del municipio o un acto de rendición de cuentas ante la ciudadanía? Ni lo uno ni lo otro, pues la impresión que se llevaron las 80 personas asistentes es que ahí cada uno había ido «a hablar de su libro y poco más». Lo más destacable de la sesión fue la participación de los ciudadanos asistentes que, con sus preguntas, dieron cierto ritmo al acto. Un debate, a cuyo deslucimiento contribuyó el grupo municipal del PP al negarse a asistir al mismo y dejar sus nueve sillas vacías.
El alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal (PSOE) abrió su intervención diciendo que aquello era la sesión final de un proceso de rendición de cuentas ante los ciudadanos y procedió a numerar las iniciativas llevadas a cabo para «determinar a donde debe ir el territorio de Calvià, de volver un proyecto turístico a un destino líder y mover la segunda reconversión turística». También se congratuló de que todo lo hecho durante la primera mitad de la legislatura «se ha hecho bajando impuestos y amortizando deuda».
Investido de líder de la oposición, el portavoz de Esquerra Oberta (EO), Rafel Sedano, replicó al alcalde negando que se celebrara un proceso de rendición de cuentas, sino que se trataba de un debate del estado del municipio que su grupo había propuesto y demandado. Sedano lamentó que el gobierno municipal no abogara más a la claras por la transparencia y la participación. Sobretodo en lo tocante a su grupo, firmante del pacto de investidura. Sedano dedicó también unos minutos a criticar la ausencia del PP, una incomparecencia que tildó de show.
Aunque para show el del edil de Sí se Puede y socio de gobierno, Fernando Alcaraz, que dedicó prácticamente toda su intervención a cargar contra los populares. Les acusó de ningunear a la ciudadanía con su ausencia y hasta se permitió protagonizar una performance consistente en colocar animalitos de goma sobre los asientos vacíos de los ediles del PP.