La planta de compostaje de Son Bacs (Ariany) y los malos olores que desprende tienen los días contados. El Consell de Mallorca la cerrará dentro de dos años, tal y como se comprometió el miércoles su president, Miquel Ensenyat, en un encuentro con unos cincuenta vecinos afectados.
Ensenyat, que acudió a la reunión acompañado de las conselleres insulares de Territori y Medi Ambient, Mercedes Garrido y Sandra Espeja respectivamente, dio el plazo de dos años, si bien después matizó que por motivos administrativos el cierre podría demorarse hasta 2019. «Quiero poder venir a Maria», repitió varias veces el president, cuya madre es mariera.
El Consell tomará medidas para evitar molestias a los vecinos antes de proceder a cerrarla. En este sentido, los dirigentes insulares indicaron que reducirán a menos de la mitad el volumen de lodos a tratar en la planta de Son Bacs. De las 12.000 toneladas que recibe por año se pasará a un máximo de 5.000, informó el Consell. Esto debería reducir los malos olores en estos dos años.
El cierre de la infraestructura será posible gracias a la finalización de los trabajos para construir una planta de metanización en Son Reus. Esta planta, que no causará olores al estar aislada con muros, recibirá los lodos de la depuradora que actualmente se tratan en Son Bacs.