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«Aquí no se puede sancionar a nadie del pueblo, sólo a extranjeros o gente de fuera»

Vista general de la Avingunda Marqués de Palmer en la Colónia de Sant Jordi. | Guillem Mas

| Ses Salines |

La presunta trama de corrupción urbanística que afecta a ses Salines ha puesto al descubierto nuevos datos. El arquitecto y la aparejadora municipal han declarado en sede judicial en relación a la denuncia interpuesta por un caso de prevaricación en materia urbanística (ampliación sin licencia del hotel Villa Piccola de la Colònia de Sant Jordi).

Los altos técnicos municipales, en su declaración en calidad de testigos, afirmaron «que el celador del Ayuntamiento de ses Salines es el primo de la alcaldesa, por lo tanto no hay ningún informe suyo. Que el celador nunca denunciará a una persona del pueblo ni nunca lo hará, que denuncia a extranjeros o a personas de fuera del municipio».

Las obras del hotel Villapicola empezaron sin proyecto. En septiembre de 2013 se solicita la licencia. Con anterioridad a la solicitud, la alcaldesa junto con María B., (dueña del hotel) se entrevistaron con el declarante en varias ocasiones. «La imputada (alcaldesa) y María se presentaron como amigas porque era clienta de la gestoría donde trabajaba la exalcaldesa», apunta el arquitecto.

Por su parte, la aparejadora se mostró mucho más crítica: «En la mayoría de los informes de disciplina urbanística la alcaldesa ponía pegas porque no sería bueno para el pueblo que pusieran multas. Realizamos un expediente de disciplina por el que las obras del hotel deberían haber sido paradas, sancionadas y tal vez derribadas, pero todo esto no se hizo y el hotel ha seguido funcionando. Había muchas presiones en el Ayuntamiento, se les escondían informes y había muy mal ambiente».

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