No hi ha temps que no torn. Este parece ser el lema del Ajuntament de Artà que después de varios intentos de tematizar la feria anual del municipio ha apostado por una vuelta a los orígenes, reactivando el carácter agrícola y ganadero de la muestra.
La Plaça del Conqueridor de Artà volvía a respirar un ambiente como el de antaño, ovejas, vacas, pavos, gallinas, cerdos, perros de caza, caballos e incluso la degustación de cabrito rebozado fueron los atractivos ganaderos de la jornada. Al lado, viejos arados, máquinas de capolar figues de moro, o diferentes antiguos ormejos o la exposición de la Cooperativa de todas la variedades de almendra que se cultivan en el pueblo completaban el toque agrícola que se buscaba en esta edición de la feria.
Más allá de la plaza las entidades y asociaciones del municipio, así como los comercios locales, también se volcaron en la organización y participación en la feria dando vida y dinamismo a la muestra. A ello hay que añadir las diferentes actividades que completan los actos días antes y días después de la feria y que vuelcan, un año más, a todo el pueblo en las actividades lúdicas y festivas.