Algunos vecinos de la zona del Rocamar y usuarios del camino de Muleta creen que no se ha respetado el proyecto de restitución paisajística previsto y que las marjades que se debían construir en el lugar que ocupaba el hotel se han convertido en «una gran pastera de tierra limitada por unas rocas que, cuando llueva, se convertirá en un barrizal».
Se da la circunstancia de que el conseller de Turisme, Jaime Martínez, tiene previsto visitar este lunes la zona para dar el visto bueno a las obras. Posteriormente, el conseller y el alcalde firmarán un convenio mediante el cual estos terrenos –adquiridos por el Govern– pasarán a ser de titularidad municipal.
El proyecto preveía que el vacío que quedó donde había el hotel se convirtiera en dos bancales reforestados con pinos.
En la parte donde se ubicaba el edificio auxiliar del hotel también se construirian marjades en las que se sembrarían olivos. Esta última parte sí que se ha cumplido de forma satisfactoria. Pero la parte del hotel es simplemente un relleno de tierra blanda y otros restos de más de 400 metros cuadrados de superficie» en la que se han planatado algunas plantas silvestres.
Los vecinos están «contentos» por la demolición del hotel pero piden que se respete el proyecto.