Cientos de embarcaciones se hicieron ayer a la mar en el primer día de la apertura de la veda para la pesca del mítico raor. Preciado inquilino de los fondos arenosos, las zonas de Cap Salines y Cala Pi, al sur de Mallorca, y la bahía de Alcúdia fueron las áreas marítimas que mayor número de pescadores aficionados congregaron.
En Cap Salines se llegaron a contabilizar unas 200 embarcaciones «acaramullades», señalaban ayer Felip Amengual y Guillem Frau, nada más llegar al puerto de la Colònia de Sant Jordi. Por su parte, Sebastià Mora de Porreres, hacían lo propio a bordo de su barca ‘Eivissenca', recién llegados del Pou Salat, una pesquera siutada más allá de Cap Salines, en dirección a Cala Figuera, con 22 ejemplares en la cesta. Muy lejos de las 97 capturas acreditadas por tres montuïrers, Pep Alfredo, Joan Gip y Mario des Revolt. Una hermosa bandeja mostraban también Rafi y Lluis sobre los pantalanes del puerto de s'Estanyol des Migjorn.
En la bahía de Alcúdia la mayoría de los aficionados a la pesca del raor partieron temprano para evitar el viento de Gregal (noreste), que debía entrar a partir de mediodía. «Éramos cuatro y hemos sacado cerca de 30 piezas en unas cuatro horas. De tamaño estaban bastante bien, más grandes que en años anteriores», comentaba Bernat Amengual, que había salido desde el puerto de la Colònia de Sant Pere.
En esta información también han colaborado: Pedro Aguiló Mora y Antoni Pol.