Los impactos que supondrá una avería en la depuradora de Can Picafort pueden llegar a ser «severos» si se produce una rotura del emisario sumergido en las zonas de alto valor ecológico y más concretamente en las praderas de posidonia y en el humedal del torrente de Son Bauló, debido a un vertido de agua tratada de mala calidad.
Así, lo reconoce el propio anteproyecto y estudio de impacto de la planta depuradora de Can Picafort que el Ministerio de Medio Ambiente acaba de sacar a información pública.
El documento incluye una partida económica de 42.282,24 euros para la reposición de posidonia y recomienda como medidas correctoras realizar un mantenimiento correcto de los equipos.
Lugar de interés
El anteproyecto explica que «el vertido de agua depurada de por sí modifica las condiciones originales en las que se encuentra el agua marina» y califica este impacto de «moderado». «La rotura del emisario supondrá un vertido en un lugar no destinado al efecto, debido a la protección de la zona como LIC (Lugar de Interés Comunitario), se considera un impacto moderado, siempre y cuando las condiciones del vertido sean las esperadas y no se produzca en la playa de Son Bauló», añade.
El documento advierte expresamente de que «un mal funcionamiento o una avería en la depuradora sí pueden provocar un cambio brusco en la calidad de las aguas marinas afectadas por el vertido de agua depurada ya que si no se produce ningún tipo de tratamiento en la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales), el agua vertida sería agua residual. En este caso, el impacto es severo».
El documento de síntesis que acompaña al anteproyecto da cuenta de que se han valorado otras dos alternativas a la instalación del emisario submarino (la no construcción de la planta y la ampliación de la EDAR de Muro que pedía el Ajuntament de Santa Margalida), pero no especifica porqué se han descartado ambas opciones apostando por el emisario.