Lloseta se vuelca con su párroco, Paco Carmona, que ha presentado su renuncia ante el obispo, Javier Salinas, por presiones de un sector ultraconservador de fieles que muchos vecinos vinculan con la sección Comunión y Liberación. El rector sigue sin confirmar la noticia y tampoco lo hace el Obispado, que ayer sí comunicó nombramientos en otras parroquias de la Part Forana.
«En 16 años que llevo como alcalde ha habido muchos párrocos y, personalmente, mi relación ha sido buena con todos ellos. Carmona no es una excepción», dijo ayer el alcalde de Lloseta, Bernat Coll, que, a falta de confirmación oficial, como el resto de vecinos, da por hecho el relevo.
La de Carmona no es la primera salida de un rector en Lloseta. Ayer eran muchos los vecinos del municipio que hablaban de otros dos sacerdotes más. «Al final nos vamos a quedar sin religiosos», decía el jubilado José Iglesias. «No hay cura que aguante, en Lloseta hay demasiada gente que quiere mandar», decía otra vecina que prefiere no revelar su nombre.
Algunos vecinos mostraron su preocupación ante el relevo en la parroquia por si este implica un giro más conservador. «Teníamos un cura abierto, moderno y ahora, dependiendo de quién entre, no sé si me dejarán bautizar a mi hija por no estar casada por la iglesia», explicaba ayer una joven llosetina .
Los vecinos destacan la apertura que supuso para la iglesia la llegada del cura en septiembre de 2012. «Si en los funerales daba las gracias por asistir a los fieles y a los que no son fieles, no hacía daño a nadie y tampoco hacía daño con sus sermones aunque a veces no fueran los típicos, pero los beatos no han parado hasta que se lo han cargado como cuando le reprocharon que nombrara la cadena Ser porque decían que es una emisora de izquierdas y todo el mundo sabe que la iglesia tiene que ser de derechas», comentaban ayer.
Tras la publicación de la noticia los vecinos temen que Lloseta se quede sin párroco. «Era de los que vivían para el pueblo, dormía en la rectoría y ahora dicen que nos mandarán a alguien de Inca a dar las misas», explican.
Carmona acostumbra a mezclarse con los vecinos y se le puede encontrar habitualmente tomando una copa con ellos o charlando animadamente como un llosetí más.