Han pasado 79 años desde la fundación de la Casa Convento de Son Fe, un lugar de espiritualidad gestionado por la Congregación de las Agustinas Hermanas del Amparo en el término municipal de Alcúdia. Los tiempos han cambiado, las vocaciones disminuyen, la mejora en los transportes posibilita las reagrupaciones religiosas...
La madre general de las Agustinas hermanas del Amparo, Carmen Torres, hace una lectura de los tiempos actuales para reivindicar más que nunca el papel de Son Fe como centro de reflexión y respiro. La privatización de las casas no está entre sus planes.
«Desde que iniciamos nuestra labor en Son Fe los tiempos han ido cambiando y consecuentemente también las necesidades del entorno. Estamos invitadas a hacer una relectura de los tiempos, de las necesidades del mundo de hoy. Creemos que actualmente el ser humano está necesitado de espacios y tiempos de silencio para poder apartarse de la sociedad que muchas veces deshumaniza, para que se puedan ordenar internamente los valores básicos que integran a la persona en todas su dimensiones», explica Torres.
La madre general concluye que «para este fin ofrecemos la casa de Son Fe acompañada de su entorno natural enclavado en la montaña. Se convierte en una invitación contante para experimentar un intenso encuentro con uno mismo y con Dios. Siempre dentro de un ámbito religioso y manteniendo en todo caso su consideración de espiritualidad».
Entre las próximas actividades previstas en Son Fe están las colonias para niños de colegios religiosos (son muchos los escolares mallorquines que han pasado por allí desde su fundación) programadas en el mes de junio. En el mes de julio se realizarán tandas de ejercicios espirituales. «También está abierta a los diferentes colegios que lo solicitan, movimientos pastorales, cursillos e cristiandad, cofradías, catequistas...», dice Torres.
El complejo está formado por una capilla con un Cristo crucificado a tamaño natural, una sala de actos, una sala de encuentro, 24 habitaciones, una cocina, un comedor, instalaciones para colonias con piscina, un viacrucis en el camino de la montaña y un espacio para la comunidad de hermanas».