Aunque la feria de Sencelles se montó sin más problema y empezó a llenarse de gente, sobre las doce del mediodía una intensa lluvia deslució por completo la fiesta y provocó que los vecinos y visitantes se refugiaran bajo toldos o en los bares.
Después de comprobar que la lluvia no cesaba, fueron muchos los que optaron por cambiar sus planes de domingo y empezaron a vaciar los espacios habilitados como aparcamiento que quedaron prácticamente vacíos. Algunos actos se tuvieron que suspender, aunque otros como la actuación de los Castellers de Mallorca y los Al·lots de Llevant se trasladaron de la plaza de la Vila al interior de la iglesia.
También los puestos que Fet a Sencelles, que se ubicaron en la plaza de la Vila, y el resto de estantes de la feria desmontaron antes de lo previsto ante la falta de público.
Como novedad, este año las autoridades locales decidieron suprimir la recepción oficial de autoridades. Por esta razón, cada representante político recibió a sus altos cargos como Josep Melià del PI, o el candidato socialista a las europeas, Pere Joan Pons, que estuvo acompañado por Francesc Antich, el alcalde de Sencelles, Bartomeu Morro, y el diputado del PSOE Vicenç Thomàs.