La localidad de Lloseta revivió ayer su tradición industrial con la celebración de la Fira de la Sabata, que con la de este año alcanza la décimo cuarta edición.
El ambiente primaveral facilitó que miles de ciudadanos se desplazaran a ese pueblo del Raiguer. El espacio más visitado fue, otra vez, la plaza d'Espanya, donde se instalaron las marcas locales que todavía se dedican, y con notable éxito, a fabricar calzado. Como han venido haciendo los últimos años, las empresas aplican significativos descuentos en la venta de productos.
Idéntico éxito cosechó la carpa donde se realiza la demostración de fabricación de calzado según el método artesano. Cuatro zapateros que lo conocen sacaron sus viejas herramientas e hicieron una exhibición de cómo pegar suelas o cortar piel a partir de un sistema ya extinguido.
El Palau d'Aiamans abrió sus puertas y acogió varias exposiciones, parte de las cuales relacionadas también con el calzado.
Hay que mencionar, igualmente, la presencia de varios expositores de piedra trabajada, otro emblemático producto del Raiguer. Y los tejidos de roba de llengües que elabora otra conocida empresa local.