El anuncio por parte del Ajuntament de Calvià sobre la próxima creación de un mercado semanal en Peguera y Santa Ponça ha creado un fuerte malestar e indignación entre una parte del gremio de los pequeños comerciantes de estas localidades turísticas al considerar que suponen una fuerte competencia para sus maltrechos negocios.
Los comerciantes se quejan de la «insensibilidad» por parte de los responsables municipales hacia un sector que debe luchar para sobrevivir con temporadas cada vez mas cortas, mayor presión fiscal y una crisis económica sin precedentes. «Quieren terminar de hundirnos», afirman algunos, mientras que otros están más receptivos a la iniciativa municipal.
El Ajuntament ha previsto la instalación del nuevo mercado en Peguera los martes mientras, que en Santa Ponça será los sábados, ambos por la mañana hasta las 13:30 para «dinamizar la actividad económica del municipio, fomentar la comercialización de productos autóctonos y, al mismo tiempo, ayudar a la promoción turística».
Según fuentes municipales, la intención del equipo de gobierno que preside el alcalde Manuel Onieva (PP), es de que el 80% de los puestos en dichos mercadillos sean para la comercialización de productos agroalimentarios y artesanales, mientras para el 20% restante tengan prioridad los propios comerciantes del municipio. En todo caso «hay la firme voluntad de consensuar con el sector», afirman las mismas fuentes.