Los municipios de la Part Forana no se plantean la posibilidad de poder castellanizar los topónimos y que los municipios tengan así las dos acepciones, la catalana y la castellana.
Este posibilidad de cambio se contempla en el anteproyecto de ley de modificación de la Llei de Funció Pública de Balears, donde entre otras cuestiones, también se modifica la regulación de los topónimos.
De este modo, si hasta ahora los topónimos de Balears tenían como única forma oficial la catalana, ahora podrían tener la catalana, o la castellana y la catalana conjuntamente. Además, no sería el Govern quien decidiera el cambio, con el asesoramiento de la UIB, sinó que sería el Consell de Mallorca con la aprobación previa del pleno del Ajuntament correspondiente y con el asesoramiento de la UIB.
Algunos alcaldes consultados han calificado de innecesaria esta posibilidad y la rechazan. En algunos casos han llegado a pensar que la propuesta era una inocentada, al coincidir su anuncio con el 28 de diciembre día de los inocentes.
De aceptarse la propuesta el topónimo de unos 24 municipios de Mallorca podrían convivir con su acepción castellana, dándose casos como un simple cambio de acento como Artà-Artá, o otros cambios más chocantes como Vilafranca de Bonany-Villafranca de Buen Año o Mancor de la Vall-Mancor del Valle.