Una de las barreras que impiden recorrer el trazado original de la carretera vieja de Pollença a Lluc es propiedad de la familia del alcalde, Bartomeu Cifre Ochogavía (PP).
Los técnicos de Patrimoni Etnològic del departamento de Medi Ambient del Consell de Mallorca informaron el 24 de marzo de 2011 de la presencia de hasta 28 puntos conflictivos en esta vía a su paso por el municipio de Pollença en los que «existen barreras, rejas y otros obstáculos que impiden o limitan el libre tránsito por la zona de dominio público».
Así, el informe servirá de base para la recuperación de oficio de la Carretera Vella de LLuc, una vez el Consell de Mallorca ha aprobado iniciar la delimitación de su trazado, tal y como recoge el BOIB del pasado 16 de agosto.
El informe técnico en cuestión constata la presencia de una reja y una barrera, situadas en las parcela 150 del polígono 7 y la parcela 622 del polígono 4, ambas correspondientes a la finca de Ca Na Borrassa (también conocida como Ca'n Pontico), propiedad la familia Cifre-Ochogavía.
Desafectación
Al igual que ocurre con otras propiedades colindantes con la carretera, la familia del actual alcalde, alega que este tramo lleva «más de cincuenta años en desuso», desde la construcción de la carretera moderna en los años 40, y trata de demostrar que el tramo en cuestión, de unos cincuenta metros de longitud, «quedó desafectado del dominio público como contraprestación por la expropiación en su día de los terrenos necesarios para construir la nueva vía», explica.
Bartomeu Cifre explicó ayer que «hace ya cuatro años» que su familia presentó «un escrito al Consell de Mallorca solicitando el expediente original de expropiación de los terrenos para comprobar si realmente se produjo o no la desafectación de terrenos y si no se hizo solicitarla formalmente, pero no hemos recibido respuesta». «Por lo que yo sé los bienes de entidades locales de dominio público se pueden desafectar cuando llevan 20 o 30 años en desuso», explica Cifre, quien añade que, «antiguamente, las expropiaciones no eran como ahora, muchas veces no había contraprestación económica, la gente cedía los terrenos porque entendía que era una mejora necesaria y por eso sería necesario tener el antiguo expediente».