Quince días después de que finalizara el plazo concedido por la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear, el propietario de la finca de Son Oliver, en Santa Maria, aún no ha retirado la rejilla de 800 metros que, vulnerando la legislación, separa el torrente de Coanegra del camino que remonta el valle.
La polémica por la rejilla arrancó en 2004, cuando Medi Ambient ordenó por primera vez al propietario de Son Oliver que la retirara, pero éste no hizo caso y la orden del conseller prescribió. En 2009, la Conselleria dictó una nueva orden insistiendo que se retirara. El propietario presentó alegaciones, el Govern las desestimó y mandó retirarla de nuevo antes del 28 de marzo.
Dado que no acata la orden, Medi Ambient debería sancionar ahora al propietario o bien retirarla subsidiariamente.
«Que se retire»
La Associació d'Amics de la Vall de Coanegra, que ayer denunció los hechos, asegura «no entender» por qué Medi Ambient todavía no ha enviado a un agente que certifique que la rejilla sigue instalada. «La sanción coercitiva no soluciona el problema, queremos que se retire la reja y exigimos conocer las razones que impiden a la Conselleria retirarla subsidiariamente», afirma en un comunicado.
La legislación establece que alrededor del cauce de los torrentes no puede haber ni barreras ni rejillas a una distancia inferior a cinco metros.