El Banco Santander, propietario actual del antiguo Banco de Sóller, un edificio modernista cuya fachada está declarada Bien de Interés Cultural y que es obra del arquitecto catalán Joan Rubió i Bellver, deberá recuperar el estado original de este edificio si quiere realizar obras en el tejado, ya que así lo determina el Plan General de Ordenación Urbana de Sóller.
El equipo de Gobierno ha estudiado la concesión de una licencia de obra que la entidad bancaria solicitó para arreglar la cubierta. Sin embargo la licencia no ha podido ser concedida aún con contar con la autorización del Consell de Mallorca. Fuentes del Ajuntament han informado de que según marca la normativa urbanística y la correspondiente ficha del catálogo patrimonial la licencia «sólo se podría conceder si la cubierta se devuelve al estado original anterior a la reforma que sufrió el inmueble a mediados del siglo XX» . Entonces el singular edificio vio drásticamente modificado el aspecto que le dio su creador.
Construido a principios del siglo XX, el Banco de Sóller se inauguró en 1912 después de que el arquitecto catalán
autor de la fachada modernista de la iglesia parroquial de Sant Bartomeu (situada también en la plaza Constitució, junto al banco) realizara el proyecto. La entidad bancaria fue absorbida por el Banco Hispano Americano en 1943. Fue por esta época que se modificó parte de la fachada y la cubierta, eliminando sus características torretas modernistas y dotándolo con un tejado tradicional.
La obra cambió por completo la fisonomía del conjunto modernista que formaban el banco y la iglesia y que, según un proyecto del mismo Rubió, debía incorporar también la casa consistorial, una reforma que nunca se llegó a llevar a cabo.