En una jornada eminentemente agrícola y ganadera, los miles de visitantes que pasearon por las calles de Campos hicieron posible que el pueblo se convirtiera en la capital del sector lechero mallorquín durante la jornada en que se celebra la Feria de Mayo.
Aunque el XXXII Concurso morfológico de raza frisona se celebró el sábado, ayer fueron los terneros los que salieron a competir en la arena. Un concurso con mucha participación que acabó con un sentido homenaje a l'amo en Miquel des Capsol en que se destacó su tarea a favor de la payesía local y de la feria. Más tarde las autoridades encabezadas por el alcalde Joan Juan y la consellera d'Agricultura i Pesca, Mercè Amer, entregaron los trofeos a los ganadores. Pero la feria de ayer contó con muchos más atractivos. Los embutidos, los vinos, los aceites y, sobre todo, los quesos hechos en Mallorca centraron el espacio dedicado a la degustación gastronómica. Y la industria, los automóviles y la artesanía centraron la atención de buena parte de los visitantes de la tradicional Fira de Maig.