La campaña de la algarroba es este año muy «preocupante», según indica la presidenta de la cooperativa Ucabal, Jerònia Bonafé. Señala que «nosotros la estamos pagando entre 17 y 18 céntimos de euro por quilo. Es el precio de mercado y un precio sujeto a los resultados de la campaña. Cuando acabe y liquidemos ya veremos en qué precio estará. Es un precio bajísimo que no cubre ni los gastos de producción, entendiendo que son los que conlleva el cuidado de los árboles, la recogida y el transporte para llevar las algarrobas hasta la cooperativa. Las razones o causas de este bajo precio son difíciles de determinar. Influye la competencia con otros países grandes productores de algarrobas y en consecuencia del garrofí o semilla de la algarroba, que es lo que tiene más valor del producto».
Bonafé asegura que «en cuanto a que la algarroba se está dejando en los árboles. Nosotros y las otras cooperativas estamos entrando procedentes de las grandes fincas productoras. Los agricultores de estas fincas prefieren recogerlas e ingresar algún dinero, aunque no cubra gastos, que dejar que la cosecha se pierda».
La situación es diferente para los pequeños agricultores. Algunos optan por no recoger el fruto y dejar que las ovejas se lo coman cuando está en el suelo. Otros optan por recogerlas para el ganado ovino. En concreto una payesa de Sóller dice que «las recogemos ya que si queden en el suelo es una porquería».