El Consell de Mallorca recibirá 10 millones de euros del Gobierno central para invertir en las carreteras de la Serra de Tramuntana que resultaron tan dañadas el invierno pasado por las constantes lluvias. El Departament d'Obres Públiques había solicitado 35 millones porque el organismo insular no podía afrontar una inversión de esta envergadura. No llegará ni la mitad, pero en Carreteres los 10 millones son bienvenidos, aunque no se sabe cuándo se producirá la transferencia.
Gonzalo Aguiar, director insular de Carreteres, explica que tras las lluvias se aceleró mucho el deterioro de la carreteras y es necesario su adecentamiento. «La Serra de Tramuntana es un atractivo turístico muy importante que necesita actuaciones. Sus carreteras no tienen un tráfico elevado, pero son muy turísticas», indica.
Los proyectos a ejecutar no son de envergadura. En realidad, se trata de restaurar muros, mejorar el firme de la calzada o realizar obras de contención, pero son obras con un alto coste que el presupuesto de Carreteres no puede asumir.
Una de las carreteras que necesita una intervención urgente es la de Valldemossa, uno de los municipios más visitados de la Isla. El asfalto se ha deteriorado considerablemente y, salvo en los tramos de curvas donde el firme antideslizante aguanta, el resto de la vía está en pésimo estado.
Igualmente diferentes tramos de la carretera Ma-10, que atraviesa toda la Serra de Andratx a Pollença en 108 kilómetros de longitud, también necesita actuaciones.
El problema fue los desprendimientos de la montaña. La Serra de Tramuntana registró un récord de desplazamientos de ladera, que causaron importantes daños en las carreteras. Entre ellos se recordará el de la carretera de Cala Tuent, donde se ejecutó una obra provisional. Esta carretera necesitará la ejecución de un proyecto definitivo, aunque ahora el paso al núcleo costero es seguro.
La carretera Lluc-Sóller también permaneció bastante tiempo cerrada por el desprendimiento cerca del cruce de sa Calobra. Ahora, esta vía presenta un buen estado, pero hay otras donde aún se deja ver el rastro de aquellas lluvias de finales de 2008 y principios de 2009.
Así ocurre en la carretera de Banyalbufar, donde aún son visibles algunos de estos desprendimientos. En otros tramos de estas carreteras cayeron árboles que dañaron las típicas parets seques, que una vez que llegue el dinero de Madrid se podrán arreglar, según destaca el director insular de Carreteres, Gonzalo Aguiar.