La nave de 2.000 metros cuadrados situada en Llucmajor, que los anteriores propietarios de Yanko SA vendieron a la sociedad Cesgarden SL, del hotelero Miquel Ramis Puigros, por 1,3 millones de euros en octubre de 2005, pasará a formar parte de la masa activa del concurso de acreedores de la empresa de calzado. Es decir, el juez de lo Mercantil 1 de Palma, Víctor Fernández, ha anulado esa operación de compraventa, al igual que el contrato de arrendamiento firmado entre las partes, por ser «un acto perjudicial para la masa activa del concurso». Al mismos tiempo, la sentencia señala que se debe declarar «la ineficacia y rescisión de la citada compraventa y del contrato de arrendamiento, condenándose a Cesgarden Sl y a Yanko SA a estar y pasar por dichas declaraciones».
La sociedad Yanko SA se declaró insolvente el 24 de octubre de 2005, y tan solo un día después, sus ex directivos formalizaron la compraventa «por debajo de los precios del mercado» ante notario, según la sentencia. La nave fue vendida por 1,3 millones, cuando su precio real era de 1,8 millones de euros. Según el juez ese hecho resulta «realmente revelador del perjuicio para la masa», al tiempo que señala, según reconoció el entonces administrador de Yanko «que la operación se gestó y orquestó una vez que se era consciente de la situación de insolvencia, teniendo en cuenta de que el concurso se iba a solicitar, que se iba a presentar de manera inminente». También, Yanko SA y Cesgarden suscribieron un contrato de arrendamiento sobre la misma finca, al objeto de que la empresa de calzado pudiese seguir ocupando la nave por un plazo de 5 meses y 22 días, por una renta de 3.124 euros más IVA. «Y todo ello -añade la sentencia- bajo la premisa de que al compradora-arrendataria era consciente de la grave crisis económica que vivía la empresa, amén de haber obtenido el inmueble por un precio muy por debajo del de mercado, incurriendo en mala fe».
En ese contexto, el juez Fernández señala en su resolución que Cesgarden «no adquirió una simple fábrica, sino un edificio edificable, fruto de lo cual firmó el contrato de compraventa consciente de las posibilidades de edificabilidasd del mismo, lo que implica que necesariamente se informarse sobre las posibilidades constructivas del solar». Y añade: «¿Cómo podría saber cuántos pisos podrían construirse, ¿cuántos pisos de los que se edificasen se podrían atribuir?, ¿cuanto de rentable podría resultarle la operación; y todo ello sobre la premisa de que nadie que pretenda invertir en aras a obtener un beneficio compra algo sin saber si la operación es rentable o no».
Yanko, propiedad de la familia Albaladejo, presentó en 1996 la primera suspensión de pagos. Posteriormente, Xavier Camp adquirió la empresa, que volvió a presentar un concurso en 2005. Finalmente, en enero de 2007 el juez autorizó la venta de Yanko a Koyan 003 por 2,9 millones de euros.