MARGALIDA PALMER
La tormenta que sufrió Esporles el pasado 17 de octubre ocasionó importantes destrozos en el cauce del torrente de Sant Pere a lo largo de todo su recorrido. Lo que resultó más afectado fue el tubo colector de las aguas fecales que baja soterrado por el torrente hasta la depuradora. El fuerte caudal de agua lo dejo inservible y ha sido necesario sustituirlo en su totalidad, ya que ocasiona un problema de salud pública al verter directamente las aguas fecales al torrente. El presupuesto de la sustitución del tubo asciende a 1'5 millones de euros que pagará el Govern balear mediante ayudas de emergencia, a parte en estos momentos se realiza un limpieza básica de la vegetación y de los restos depositados por la tempestad.
Al mismo tiempo, la dirección general de Biodiversitat también realiza un estudio sobre los elementos vegetales que se tiene que retirar y cuales son importantes conservar. Ante las críticas de que debe eliminarse toda la vegetación del torrente el alcalde Miquel Ensenyat señaló que «es necesario que haya árboles y vegetación en el torrente ya que en caso de torrentada frenan la velocidad del agua».
Simultáneamente al estudio de Biodiversitat, se realiza otro de tipo topográfico a cargo del área Recursos Hídrics de la conselleria de Medi Ambient del Govern para rehacer el cauce del torrente, debido a que en los puntos mas planos de su recorrido se depositaron muchos sedimentos lo que le restan profundidad.
Paralelamente se lleva a cabo una tarea de limpieza de todos los torrentes menores del municipio de Esporles. Algunos de ellos se vieron bastante afectados y deberán reconstruirse los muros de piedra. Estas obras se iniciaron dos días después de la tempestad pero la complejidad de las obras y limpieza hace que todavía se realicen y no se sepa la fecha de terminio.