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Porreres

Porreres recuerda la gesta de Monti-sion, 50 años después

El 14 de enero de 1954, los vecinos abrieron en un sólo día la carretera que sube al monte

Miles de vecinos recordaron la noche en que se construyó la carretera. Foto: JAUME MOREY

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Los vecinos de Porreres no dieron la espalda a la historia ni a su pasado reciente y se volcaron ayer por la noche en la celebración del cincuenta aniversario de la construcción, en un sólo día, de la carretera que desde entonces asciende apuig de Monti-sion. Los porrerencs y porrerenques peregrinaron desde la Plaça de la Vila hasta el santuario de Monti-sion en agradecimiento y homenaje a los más de 4.000 vecinos que un 14 de enero de 1954 se armaron con picos y palas entre la espesura y terrenos rocosos para realizar una gesta que marcó el carácter del pueblo y de la que Porreres se siente especialmente orgulloso. Esta fiesta fue organizada por el Consell Parroquial de la localidad así como los actos de conmemoración.

Con una gran pancarta colgada en el Ajuntament que versaba «Sentiment de Poble», los casi 2.500 participantes partieron en romería hacia Monti-sion al son de las cornetes , los xeremiers y la filarmónica de Porreres. Al llegar a las faldas del monte Madò Francina y Montserrat «Mut», dos vecinos que participaron activamente en la construcción de la vía, descubrieron una placa conmemorativa en el punto donde comenzó la hazaña, que dice: «En la bona memòria de tots aquells que feren posible el camí de Monti-sion el 14 de gener de 1954. Ho recordam i ho agraïm. Gener de 2004».

Seguidamente, la marcha continuó hasta el santuario de Monti-sion, donde los fieles cantaron la Salve y los Gozos a los pies de la Mare de Déu. Pero tras la subida había que reponer fuerzas y, además de las provisiones que llevaban los peregrinos, en Monti-sion había cocas de todo tipo, otros exquisitos manjares y bebida donadas solidariamente por particulares. Después de varias horas de fiesta alrededor de los foguerons, donde los vecinos asaron sobrassada y calentaron la sangre -caldeada también con buen vino- comenzó el descenso con el que finalizó una jornada histórica en que el todo el pueblo se unió para revivir uno de los capítulos importantes de su historia y que sigue vivo en su memoria colectiva.

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