La concejala de Urbanismo de Marratxí, Conxa Obrador, ha salido al paso de las acusaciones vertidas por el promotor inmobiliario Fausto Ferrero, presidente del Grup Fer, diciendo que las actuaciones del área que ella dirige no corresponden a motivaciones personales «sino que son fruto de la aplicación de un nuevo modelo urbanístico reclamado por toda la sociedad».
Este modelo, que sigue un interés general, se basa según la edil socialista en la aplicación de políticas sostenibles: contención de la ocupación territorial, conservación del paisaje como valor irrenunciable y tratamiento sostenible de los recursos naturales.
El lenguaje utilizado por el promotor («acoso y derribo, persecución y ruina») no es del agrado de la concejala: «Corresponde a un entorno del cual no formo parte ni puedo compartir y que me lleva a pensar en prácticas oscuras y turbias, habituales en ciertos sectores de poder, que han funcionado pero que en este caso, el mío, están fuera de lugar como demostraré donde corresponda».
Obrador reconoce que se suscribió un convenio pero asegura que únicamente se ha realizado una rotonda valorada en 16 millones de pesetas, mientras que los demás compromisos como el acceso a la autopista y la conexión al alcantarillado no se han llevado a cabo. La edil defiende que un convenio «no vincula para toda la vida y no ata al Ajuntament para que no pueda ejercer su competencia y modificar su planeamiento urbanístico». Asimismo, Obrador manifiesta que «para la tranquilidad del señor Ferrero», la voluntad del Ajuntament es indemnizar «todos los gastos que pueda justificar como realizados y ejecutados».