La red de agua potable de Muro pierde seis de cada diez litros. Estas fugas del 60% han sido detectadas recientemente por el Ajuntament a raíz de un estudio de detección de fugas elaborado por los servicios técnicos. El grave desajuste del caudal se ha advertido por la disparatada diferencia existente entre el agua que se factura a los particulares y los litros que se bombean en la red pública.
El alcalde, Miquel Ramis, ha explicado que las pérdidas se deben a que la red tiene más de 30 años y ha quedado obsoleta. El Ajuntament ha contratado una empresa privada que realiza un trabajo de detección de fugas algunos días a la semana y repara tuberías. Una tarea difícil debido a que muchas veces las fugas son difíciles de detectar porque el agua se filtra por el subsuelo.
A largo plazo, la solución apunta a un progresiva sustitución de
todas las tuberías.
Otra de las deficiencias a las que se atribuye esta situación es el
deficiente funcionamiento de los contadores ubicados en suelo
urbano. Por este motivo, el alcalde Ramis cree que será necesario
renovar también la mayoría de los contadores.
Esta caótica situación ha provocado un problema añadido pues la nueva planta potabilizadora que el Ajuntament ha construido posiblemente no se pondrá en marcha a pleno rendimiento hasta que no disminuyan las pérdidas. Y es que estas instalaciones, que eliminan parte de los nitratos que contiene el agua de la zona, encarecen de forma muy importante el suministro a causa del consumo eléctrico. De hecho, el Consistorio tiene previsto aumentar las tarifas que pagan los vecinos de 33 a 70 pesetas por metro cúbico.