El concejal de Urbanismo en el Ajuntament d'Artà, Jaume Guiscafré, artífice de la nueva normativa urbanítica municipal, que provocó un debate con la parcela mínima de edificación en suelo rústico en 30.000 metros cuadrados, presentó su renuncia en el pleno de anteayer, argumentando «motivos personales».
Su despedida fue especialmente emotiva puesto que los portavoces que representan los distintos grupos políticos de la Corporación elogiaron el trabajo hecho por Guiscafré, mientras que éste agradeció a todos su apoyo y comprensión, añadiendo que el trabajo realizado en el Ajuntament lo ha llevado a cabo con ilusión y ganas.
Por otra parte, se aprobó con los votos a favor de los grupos IA, PSOE y EU-EV la propuesta de continuar con el expediente de demolición de las nueve edificaciones ilegales en suelo rústico, mientras que el PP votó en contra y UM se abstuvo. El PP argumentó que «sólo el alcalde tiene competencias para dar la orden de demolición». Montserrat Santandreu le rebatió que la ley de suelo rústico determina que es competencia del Ajuntament en pleno.