La escasa credibilidad en materia urbanística de la alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera, hace inviable, en plena campaña electoral, la iniciativa del equipo socialista para ralentizar el ritmo de crecimiento. La oposición y los partidos políticos rechazan unánimemente la propuesta de la batlessa por «electoralista».
La anunciada moción del grupo socialista proponiendo una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de 1991 para limitar las licencias y reducir a 1.750 el número de plazas anuales no contará con los votos necesarios. Al menos, durante esta legislatura.
El edil del grupo mixto, Anselmo Martín, ha anunciado que no acudirá al pleno del jueves «ante la evidente acción electoralista del equipo socialista». Martín critica que la propuesta haya sido presentada por Nájera a los medios de comunicación sin hacerlo antes a la oposición, «lo que evidencia que se ha hecho para salir en los periódicos».
Martín cree que Nájera debe elevar a pleno la aprobación del PGOU, incluyendo las medidas restrictivas, tal como había prometido. También interpreta que Nájera quiere distraer la opinión con medidas «electorales».
El candidato y presidente del PP de Calvià, Pere Cantarero, también critica con dureza la última iniciativa de Nájera de «querer trasladar la campaña electoral a la sala de plenos». Cantarero ha indicado que no discute el fondo «sino la forma, pues es un acto puramente electoral». Del mismo modo, ha dicho que es la misma burla que si días antes de acabar la legislatura se presentan mociones para rebajar los impuestos.
El concejal popular Manuel Fernández Cañaveral ha señalado que
él tampoco acudirá al pleno «para no participar en un acto
electoral socialista».
El presidente de UM de Calvià, y también candidato, Isidre
Canyelles, ha manifestado que su partido podría aceptar ralentizar
la construcción, pero ha calificado de «abominable» la propuesta de
Nájera de «al seguir empleando recursos públicos para hacer
campaña, puesto que es un puro caso de intento de mejora de
imagen».