La Confraria dels Tastavins de Manacor celebró su tradicional berenar de matances en el marco del emblemático Molí d'en Roca. Se trata de revivir el ritual gastronómico típico mallorquín del día del sacrificio del cerdo. Unas 40 personas asistieron a esta especial merienda.
Los integrantes de els Tastavins, con su presidente Joan Lliteres al frente, prepararon desde primeras horas de la mañana los exquisitos fritos de lomo y de sangre, acompañados de un vino tinto de la tierra de calidad.
El ritual empezó a primeras horas de la mañana con el sacrificio del cerdo. En este caso, y para preservar al máximo la tradición, el ejemplar fue un cerdo negro autóctono. Después de ser descuartizado, conservando la sangre, se extrajeron los lomos que, condimentados con patatas, el hígado y pimientos rojos dan como resultado este plato tan arraigado en nuestra gastronomía. La panceta es otra parte del cerdo que da un sabor especial al frito.