Barrios de Palma

Maletas, coches de alquiler, terrazas... el nuevo paisaje de la barriada

La presencia de alquiler turístico en unas calles próximas al centro de Palma brinda imágenes cada vez más usuales en toda Palma

Una familia de turistas, ante un comercio asiático | Foto: F.F.

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La nueva realidad de Palma no pasa de lado por Bons Aires, cuya privilegiada ubicación la convierte en un terreno abonado para una serie de problemáticas, pero a la vez realidades que asaltan el día a día de la ciudad. La gran presencia del alquiler vacacional, pese a la existencia de establecimientos hoteleros en la zona, se ha convertido en una realidad que no pasa inadvertida por sus calles.

La muestra, la gran cantidad de maletas y bolsos de viaje que ruedan por sus calles diariamente, de la misma manera que llama la atención de los vecinos de toda la vida la cada vez más notoria presencia de vehículos de alquiler, perfectamente identificables por las pegatinas de sus empresas y los nuevos modelos que se exhiben. Pese a que buena parte de este perfil de visitantes suele ser familiar, otro de perfil más joven y liberado que cultiva el incivismo en forma de ruidos o suciedad es el que realmente preocupa a los residentes.

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La oferta residencial no es la única que destaca en la zona de Bons Aires y sus calles y plazas más próximas, porque la imagen de Blanquerna, con sus terrazas y bares ocupando buena parte del espacio, es otro motivo que ha generado controversia entre los vecinos. Por ese terreno público que ocupan y por los ruidos que en ocasiones generan, especialmente por las noches y cuando llega el bien tiempo, siendo el público local un motor de esos locales, sin dejar de lado a los turistas y extranjeros residentes en Bons Aires y su perímetro.

Terrazas en la calle Blanquerna. Foto: F.F.

Porque la presencia de ciudadanos de otros países como residentes fijos o temporales, como propietarios o en régimen de alquiler, no pasa desapercibida en Bons Aires, por donde no resulta extraño a primera hora de la mañana o al caer el sol ver a familias completar salir o regresar a sus alojamientos (en forma de viviendas de alquiler vacacional, regulado o no) o comprando en los establecimientos de alimentación o de diferente tipo del barrio.

Bons Aires no escapa a la llegada también de un nuevo segmento de población, inmigrante, de países asiáticos y del continente americano, que se suma al segmento europeo y deja al residente local cada vez en menor cantidad o presencia, aunque los vecinos de toda la vida resisten ante esta realidad y se muestran activos a través del tejido asociativo de este barrio y los cercanos, como s'Escorxador o Arxiduc.