Durante décadas han sido parte del paisaje, carta de presentación e imagen de postal para muchos turistas que, incluso hoy en día, pasan por allí para retratarse con los que quedan en pie. Porque de los siete molinos que presidían lo alto del talud de es Jonquet apenas cinco siguen en pie y algunos de ellos muestran un aspecto más que preocupante, cerrados, abandonados e invadidos por palomas y otros animales urbanos que habitan en el que fue tradicional barrio de pescadores, hoy en fase de transformación, sintiendo las amenazas de la gentrificación y el alquiler turístico, además de seguir pidiendo silencio y respeto para los vecinos, cansados de ruidos e incivismo agravados por la eclosión de Santa Catalina como zona de ocio. A ello se han unido otros peligros como la okupación, que han sentido algunos de los propietarios de viviendas no habitadas de una zona codiciada por sus vistas y ubicación.
Pero si algo define a es Jonquet, además de su marcada personalidad, al menos la que defienden algunos de sus más incondicionales vecinos, es su riqueza patrimonial, además de un pasado esplendoroso que le llevó a ser escenario del rodaje de películas como 'Jack El Negro', que dejaría su huella en una conocida sala de fiestas presidida por uno de los molinos. Ese valor que escenifican elementos como el edificio de los Rentadors, que tras ser recuperados y limpiados por Emaya volverán a reabrir como sala de exposiciones, y especialmente esos molinos que luchan contra el paso del tiempo y la indolencia, además del teatro Mar i Terra, recuperado por el Ajuntament de Palma.
De los siete molinos de viento harineros que llegó a haber frente al mar, de base cuadrada y torre cilíndrica, apenas quedan cinco en pie en la actualidad: Molí d'en Garleta, Molí del Nom de Déu, Molí d'en Carreres, Molí de sa Garriguera y Molí d'en Celos. De los otros dos apenas queda la base (Molí d'en Toni Trossos) y el Molí d'en Moll fue derribado en 1975, quedando apenas vestigios de su base. De la misma manera, se conserva la torre de un molino de viento dedicado en este caso a la extracción de agua y que completa ese bagaje cultural.
Este importante patrimonio arquitectónico y monumental llevó a es Jonquet a ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en noviembre de 2009, gracias de forma especial al empuje del colectivo vecinal y entidades como el GOB o ARCA. Y lo fue como conjunto histórico, contando además con un Plan Especial de Protección (PEP) para preservar unos elementos que, en algunos casos, resisten al paso del tiempo en condiciones de precariedad.
Mientras, el Molí del Nom de Déu se muestra en todo su esplendor y acoge en la actualidad el Casal de Barri, epicentro de actividades sociales y deportivas que disfrutan los vecinos de esa zona privilegiada. Próximo a él, el Molí d'en Garleta, que da nombre a una de las calles de es Jonquet, acoge el Museu dels Molins, que en su interior ofrece una interesante exposición sobre estos elementos patrimoniales y su importante en ese rincón de Palma, además de en otros lugares de Mallorca.
Pero su exterior plasma la realidad cruda de la mayoría de los molinos de es Jonquet. Paredes pintadas con grafitis -pese a las actuaciones que Emaya ha llevado a cabo-, una puerta de acceso desgastada y agujereada y paredes en mal estado de conservación, al igual que la torre, sin las aspas que apenas dos de los cinco en pie conservan, el que acoge el Casal de Barri y otro inmerso dentro de un local de ocio.
Lejos de su esplendor, pero resistiendo al paso del tiempo y bajo una protección que debería reforzarse en aras de su reforma, los molinos de es Jonquet siguen siendo un atractivo para los turistas, por las vistas del mirador y unos elementos patrimoniales que, algunos de ellos, aseguran haber visitado décadas atrás, recordando con nostalgia lo que fueron y lamentando en lo que han quedado la mayoría de ellos.
Eso si, en frente están todas las viviendas que se han reformado y vendido a norteños para uso y disfrute de alquiler vacacional, uno de cuyos propietarios conozco y me dijo que "ya podían tirar los molinos por que le quitaban vistas del puerto"...El concepto de Patrimonio Cultural en Palma y en la isla en general va en función del dinero que haya por medio y que acaba en los bolsillos de los de siempre...