La preocupación se ha extendido entre los vecinos próximos a la antigua oficina bancaria okupada en plena Avenida Gabriel Alomar i Villalonga, en una de las grandes arterias de la capital mallorquina. «Algún día va a pasar algo ahí dentro. A veces se oyen ruidos, vemos a la gente entrar y salir y algunos tienen mal carácter», explica un matrimonio de avanzada edad residente cerca del local, abierto a quien quiera asomarse, con el riesgo de toparse con sus moradores. «Mejor no decirles nada», apostilla el hombre.
«A veces les vemos, pero mejor no cruzarse con ellos», dice un comerciante del barrio, quien recuerda que ese local «lleva muchísimos años cerrado y abandonado», rememorando el caso del intento de tapiado años atrás. «No entiendo cómo nadie le pone solución, porque esto puede traernos algún problema un día de estos», prosigue.

De hecho, refieren el olor a quemado que este lunes emanaba de su interior como foco de riesgo. «Son unos cuantos y quién sabe si algún día ocurre algo si puede haber una desgracia», asegura este último habitual de la zona, que espera que «tomen medidas, porque es un foco de inseguridad y de suciedad. No sabemos lo que puede haber ahí dentro».
Mientras tanto, día a día los vecinos deben soportar esa inquietante presencia. La de un grupo de okupas que ha vuelto a poner en primera línea informativa a una antigua sucursal bancaria literalmente tomada en su interior por sus nuevos 'inquilinos', que pese a tener abierta la puerta de acceso, no reciben de buenas maneras a quienes no conocen.
GemelosSoc mallorqui. Tenc feina he pagat tots els impostos no he robat i me estic plantejant anar a viure una temporada de okupa. Perque gracies a les poñitiques de esquerres i dretes no podre ni pagar un lloguer i si no xerr alemany menys comprar casa a ca meva.